lunes, 28 de marzo de 2022

EL HABLA DE DIOS

  

Dios habla al corazón de los hombres que están dispuestos a escucharle. Pero su voz, íntima y silenciosa, no es bien recibida si no se acopla a nuestros deseos. En estos casos, creemos que Él se ha equivocado, no nos entiende o no existe. La auténtica Fe es la que pone en sus manos nuestros destinos, aceptando sus designios inescrutables. El Padre envió a su hijo Jesús a la Tierra, para remedirnos y cargar con nuestras culpas con su muerte en la Cruz, legándonos con su ejemplo y palabras cómo proceder rectamente en la vida, siendo el Espíritu Santo quien nos ilumina para no perdernos por el camino.
 
El mandato de Jesús “ Amaos como yo os he amado “ cae muchas veces en tierra baldía. Por eso se suceden los desencuentros, odios, indiferencias y enfrentamientos terrenales. No obstante, reconforta y estimula cuando se ve y comprueba que la semilla divina se esparce en campos fértiles, en corazones desprendidos y caritativos, que se entregan al servicio de los demás, en especial a los más necesitados y olvidados del mundo, pese a las incomprensiones de terceros y al riesgo de sufrir persecución y martirio en muchos lugares. Aunque se quiera silenciar a Dios y desterrarlo de nuestras vidas no se conseguirá. A la Infinitud no se le pueden poner límites.

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