martes, 15 de marzo de 2022

EL VINO

  

El vino, en cualquiera de sus variedades, siempre es vino, no siendo todos iguales. Si se agría, puede saber a vinagre, perdiendo su aroma y sabor. Ocurre como en las personas, que siendo iguales en derechos, libertades y dignas de respeto, no todas son iguales. La diferencia entre ellas marca la individualidad en diversos aspectos. Por eso nos parece una extravagancia innecesaria el “ Ministerio de la Igualdad “, máxime cuando su titular, Irene Montero, favorece la desigualdad en su política, barriendo para su clientela, que siempre pide más y más.
 
Pues bien, los presupuestos de este año han otorgado a la citada señora más de 120 mil millones de euros, para que los destine a su personal criterio, presumiéndose, por sus querencias, donde van a ir parar. A los beneficiados les sabrá a vino dulce, a tinto de reserva o al de su preferencia, y los demás tendrán que beber el aguado o avinagrado.
 
Mejor sería que esa cantidad fuera destinada a las necesidades más perentorias que sufre la Nación y millones de españoles, así como para sufragar el coste de los huidos de Ucrania y la ayuda a la misma. Pero es un  desiderátum  imposible, ya que como dice el refrán, “ Santa Rita, Rita. Lo que se da no se quita “. Como consuelo pobre, tendremos que conformarnos si, por suerte, nos escancian vino “ peleón “.

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