La frase del Dr. Samuel Johnson (1709-1784 ) de
que “ El patriotismo es el último refugio de un canalla “, se refería al falso
patriotismo, que es el del que se envuelve con la bandera de un país, no por
amor al mismo, sino por personales intereses espurios e
inconfesables.
El amor a la Patria propia es un
sentimiento noble, elogiable y obligado, como
el que tienen los hijos por su madre, aunque en ocasiones no se exterioriza con
la efusión deseable y esperada; pero late en el corazón, salvo en el de los
malos hijos.
El amor patrio debe inculcarse desde la infancia,
siendo una obligación cívica y moral. A veces exige sacrificios, que no hay
eludir ni regatear. Lo que sí procede es denunciar públicamente a los “ canallas
patrios “, aislarles y alejarse de ellos.
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