Bastantes quebradores de cabeza tiene Putin, para salir airoso de su invasión a Ucrania, como para inquietarse por la retirada de la Llave de Oro de Madrid, que le fue concedida en 2006 siendo Ruiz Gallardón alcalde de la capital de España. Todos los grupos del Consistorio, a excepción de VOX que votó en contra, se pronunciaron a favor de retirarle tal honor, argumentando el portavoz de este partido, Ortega Smith, que tiene dudas sobre si la Llave se concedió a Putin o al pueblo ruso, a la vez que condenaba la invasión de Ucrania.
La duda expresada por el dirigente de VOX se
despeja, según sostienen los entendidos, con la lectura de lo dispuesto en el
Reglamento de Protocolo y Ceremonial del Ayuntamiento madrileño, en el que se
contempla que dicha distinción “ se concederá a
todos los Jefes de Estado extranjeros que visiten oficialmente el Ayuntamiento
de Madrid “. De ello se deduce que es personal y no extensiva a los pueblos del
país del que se ejerce la máxima Jefatura. Asunto diferente y cuestionable es la
ampliación “ a todos los Jefes de Estado extranjeros...”, ya que hay muchos
tiranos e indeseables que no son demócratas y subyugan a sus
pueblos.
Parece obvio recordar que el Kremlin pretende
desestabilizar Europa, entrometiéndose en sus
políticas nacionales e, incluso, creando determinados y puntuales vínculos y
apoyos con partidos que están ideológicamente en sus antípodas. El caso es que
sorprende el no de VOX a la retirada de la Llave de Oro de Madrid a Putin, a no
ser que responda a circunstancias que se nos escapan.
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