Tras años de prolongada “ pasión “
por enfermedades y físicas 
limitaciones,
te anticipaste al Día de la 
Resurrección.
Ayer ascendió tu alma al Cielo, 
Carlos,
creyente fiel, amigo;
por tu partida hay evocaciones y doloridos 
suspiros.
Hombre de bien, patriota 
desinteresado,
sin pedir nada a cambio 
ni estar obligado a ello, 
prestaste, por convicción, 
grandes servicios al Estado y a tu 
Nación.
No fuiste funcionario, pero siempre estuviste 
dispuesto
a ayudar a nuestros policías, militares y 
servicio de inteligencia,
con acciones arriesgadas e informes 
apreciados.
Hombre de vasta cultura histórica,
políglota y estudioso en geoestrategia,
autodidacta consumado,
cultivaste la amistad con los patriotas de 
España.
Permite que ensalce tu figura,
sin reseñar tus concretas hazañas,
éstas quedan en el recuerdo
de los que te conocimos y querido.
Mañana serán tus exequias fúnebres,
asistiremos a ellas en postrer 
homenaje.
Desde las Alturas contemplarás 
la aflicción de tus familiares,
amigos y viejos camaradas.
Dirás, desde tu humildad,
que se contenga el dolor,
gozas ya de las mieles celestiales.
Pobre queda lo que pretende ser una 
elegía
por el amigo Carlos.
Disculpa mi torpeza,
amigo del alma.
No tengo el verbo que poseías, 
el exultante fervor que desprendías
con tus inolvidables palabras.
D.E.P.
ResponderEliminarR.I.P.
ResponderEliminarCreo que no lo conocía, pero ante tus emotivas palabras, diré como los clásicos; S*T*T*L