Mediocridad es mucho decir.
Si el baremo para medir
el Gobierno de España,
en una escala del 0 al 10,
en algunos casos podría alcanzar el
2,5
y en otros se quedaría con el 0
patatero.
Pese a no aprobar el curso,
el presidente y responsable del estruendoso
fracaso,
se pone en rebeldía y al siguiente quiere
pasar.
Conseguirá el apoyo de su “ feligresía
“
y el del resto anti españolista.
El humanoide, sin moral ni
principios,
afirma sin vergüenza, que pactará
por el bien de España, para obtener la
investidura,
defendiendo la Amnistía para avanzar en la
concordia.
Es sabido de todos que sólo se preocupa por
él.
Se junta con los que pueden darle el
poder.
Los que cuestionan la Constitución, la unidad de
la Nación
y quieren abolir la Monarquía.
Mal bicho. Cree que es un “ Superman “.
Nadie por encima de él. Ni siquiera el
Rey.
Es el novio en la boda y el muerto en el
entierro.
Mañana, en el juramento de la
Constitución,
quisiera ser la Princesa Leonor.
Hombre de ambición sin límites ni
pudor.
No le compren un coche de segunda
mano,
ni se junten con él.
Pero ahí está y seguirá. ¡ Martirio cruel
!
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