Podréis esparcir semillas en los
pedregales.
Regarlos con fondos públicos a
caudales.
Solo cizaña y malas hierbas pueden
brotar.
Concesiones y pactos de la
vergüenza,
pagados por el esquilmado
contribuyente.
Despilfarro a discreción en favor de las rebeldes
“ mantenidas “.
Ni Vizcaíno Casas, en su divertida comedia “ Las
autonosuyas “,
pudo imaginar lo lejos que se iba a
llegar.
Al autócrata triunfalista y a su banda servil,
no les importa la negra situación,
ni el malvivir de mucha gente.
Van a lo “ suyo “. Seguir en el “machito “.
El ordeno y mando.
Cierran filas, aunque son un revoltijo de
desavenidos.
Entretienen al personal con “ paridas “ y
sandeces,
para desviar la atención y que entre al
trapo.
No como un miura bravo, sino como un toro
manso.
A sus señuelos, no hacer aprecio ni caso.
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