Las agendas políticas tan rellenasimpiden dedicarse a lo esencial.Se pierde el tiempo en complacencias,visitas prescindibles, autobombos programados,captación de adhesiones, reparto de sonrisasy un sinfín de intrascendencias más.Lo verdaderamente importante,lo necesitado y demandadopor gran parte de la gente,requiere tiempo, ideas claras,vocación de servicio y decisión.No se explica ni se entiende,cómo tantos ineptos e indocumentados,han llegado a puestos altos de la Administración.No son todos los que están,pero sobran los que son.Unos por otros, la gestión es un caos.Nos han endeudado por encima de las cejas.Se esquilma al honrado contribuyente.A sus anchas andan vagos y maleantes.El repaso de la situación explica en parteel porqué del desencanto popular.Si encima, además del desastre interno,se vende humo en el extranjero,y se mete la pata hasta el corvejón,¿ para qué seguir calentándose los cascos ?A la vista están, y durarán, los causantes de la perdición.
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