La soledad y las ausencias no
deseadas
se sienten y pesan más en la
Nochebuena,
pórtico de la Navidad.
Durante estas fechas acuden recuerdos
pasados,
felices momentos en familia
y buena compañía habidos,
añoranzas de los ausentes temporales
y de los idos para siempre.
Los villancicos no pueden faltar.
Cierras los ojos. En mente vas a
Belén.
Adoras al Niño Jesús, el hijo de
Dios
que en un pesebre nació.
Alojarlo quieres en tu interior.
Mantenerlo contigo por y para siempre.
Derramar Amor por Él.
No olvidar el espíritu cristiano de la Navidad.
Desear “ Paz y Bien “ a toda la Humanidad.
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