Profundas y atinadas palabras las del Mensaje Real Navideño.Las verdades del barquero dichas con exquisito esmero.Exhortación a los imperativos constitucionales.¿ Como verá el prudente y ejemplar Monarca el tablero nacional,para pronunciarse así ?¿ Cómo no sentir en el fondo de su alma los males que nos aquejan,la frivolidad con que se tratan y el legado dilapidado ?Sabe quienes son los enemigos que le cercan y descalifican,sin otra razón que derrumbar la Monárquica Institución,dividir la Nación, desperdiciar los logros constitucionalesy dejar enterrada la unidad y dignidad de España.Siendo esto malo y perverso, se agrava la malignidadcuando son los socios y aliados del Gobiernoquienes, con descaro y sin disimulo,propugnan y alientan la traición.El Presidente, con su ambición e indolencia,preso de su debilidad, simula estar fuerte,concede y da lo que no es suyo,erosiona hipócritamente, con sus deslealtades,la gran labor y relevancia Real.Majestad, Rey D. Felipe VI, ¡ FELIZ NAVIDAD !Gracias por el contenido de su Mensaje.Que el Niño-Dios le sonría.Emocionados aplausos hacia la Zarzuela van.
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