Los duendecillos informáticos han hecho desaparecer de la pantalla del ordenador unas consideraciones, que habíamos escrito, sobre la ruina que la gobernación de Zapatero ha sumido a España, que no es solamente la económica. Encima se le condecora a él y a sus últimos ministros-incluidos Pepe Blanco y Leire Pejín- por, dicen, seguir la costumbre con los cesantes, en vez instar a la fiscalía para que averigüe si con el derroche y la nefasta gobernanza han podido incurrir en algún ilícito penal. Ni ellos, con su desvergüenza e impunidad podían llegar a más, ni la categoría de las condecoraciones a menos.
Los bondadosos duendecillos con su travesura han actuado bien, pues no es día para reproches ni recordar negros pasados recientes. Visto lo cual, nos hemos centrado en que hoy, treinta y uno de Diciembre, hay que hacer un paréntesis, despedir el año y dar la bienvenida a 2012. Habrá cena familiar y juntos esperaremos la retransmisión televisada de las 12 campanadas del reloj de la Puerta del Sol. Lo de poder con las uvas es otro cantar, ningún año nos ha dado tiempo de ingerir la cuarta. Nos daremos un beso, cumpliremos con el ritual de "Feliz Año Nuevo" y, dado lo que nos deparará, nos conformaremos con desearnos salud, paz y podamos seguir juntos muchos años más. Mirando a lo alto no faltará un brindis por algún alejado ser querido.
Lo dicho, FELIZ AÑO NUEVO, que todo el mundo se divierta en paz y los que salgan de casa a celebrar el fin de año regresen sanos y salvos al hogar.
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