Sobre el manido tema de Urdangarín se efectúan las siguientes consideraciones:
1. Todas las conductas con indicios delictivos deben investigarse y la Justicia pronunciarse imparcialmente, sin concesiones de impunidad ni dobles varas de medir. Si los hechos que están siendo divulgados se confirman judicialmente, procedería la devolución del dinero, posada en Alcalá Meco y que no vengan después con indultos. Supuesto que se podría extrapolar a otros casos similares
2. Se puede entender, por tratarse del yerno del Rey de España, la especial relevancia del caso y su trascendencia sin prejuzgar, a él ni a nadie, temeraria o maliciosamente; pero no la machaconería informativa y/o especulativa sobre unas diligencias que están declaradas secretas.
3. No nos causa aspavientos a estas alturas, por desgracia, las repetidas filtraciones de causas secretas, generalmente debidas al empleo de malas artes en la confrontación política; aunque sea vergonzante la poca diligencia y nula eficacia en descubrir quiénes están detrás de ellas y, como dice un amigo, “qué intereses representan”. Hay quienes especulan sobre que con tanta publicidad se trata de encandilar al personal y no se hable de otras supuestas corruptelas de infarto (ERE, caso Campeón,...Hay para repartir por demasiadas partes)
4. Aprovechando que " el Pisuerga para por Valladolid", no sería descabellado pensar que algunos tratasen de erosionar la Corona y llevarse por delante, más o menos sibilinamente, la Monarquía.
5. El Rey ejerce la Jefatura del Estado y el Príncipe Felipe garantiza el relevo cuando llegue el momento. Sin sacralizar la Institución, ni las personas de uno y otro, el balance estabilizador de la actual Monarquía en España prevalece sobre lo que nos depararon las experiencias republicanas. Ahí está la historia y este es nuestro país, no otro.
6. A la familia real, por serlo, le es exigible un plus de ejemplaridad, y en estos momentos que ha sido salpicada por negocios de uno de sus miembros, supuestamente no ejemplares, debe combinar el bien hacer, celo, prudencia y decisión, para afianzar su prestigio.
7. El Rey se ha ganado a pulso el respeto y reconocimiento dentro y fuera de nuestras fronteras, pese a ciertas peculiaridades borbónicas y personales que corren entre los mentideros. La Reina es toda una Señora que, como toda madre, no puede escapar de serlo. El Príncipe Felipe está excelentemente preparado, nada se le puede reprochar, y su esposa Doña Letizia lleva con discreción y dignidad, hasta ahora, el papel que le toca oficiar.
8. A SM el Rey le compete llamar a rebato doméstico, poner orden e impulsar ejemplaridad y trasparencia; es lo que en el plano familiar le corresponde con especial diligencia y autoridad. En muchísimas familias hay problemas y surgen desavenencias que conviene clarificar, reconducir y solucionar; respecto a las que puedan acontecer en la familia real, el noble empeño debe ser más exigente.
9. Don Juan Carlos I, como Rey de España y Jefe del Estado, seguirá su tarea en favor del bien de la Nación, su unidad, y ejerciendo las altas funciones que la Constitución le tiene reservadas. Si tanto él como el Príncipe Felipe son respaldados por los partidos con sentimiento de unidad nacional, tendremos monarquía para rato. Apenas quedan monárquicos por tradición; la inmensa mayoría de los españoles, incluso muchos republicanos a nivel intelectual, son patriotas prácticos. Entendidos dicen que la monarquía subsistirá mientras sea útil, y ¡vive Dios! que lo es y ansiamos que en ello persevere. Lo dicho, si no somos suicidas y la Corona cumple, tendremos afortunadamente Monarquía para rato.
Estimado Cruzado:
ResponderEliminarCreo que Don Juan Carlos I, como Rey de España y Jefe del Estado, tiene el apoyo de la mayor parte de los españoles. Pero por desempeñar el cargo que ocupa debería dejar bien claro dentro su amplio abánico de herederos (no olvidemos que el yerno actualmente forma parte de ese abánico) que cuando uno se cada con una Princesa no puede ni debe hacer lo que le viene en gana y menos todavía si eso que le viene en gana tiene un cierto tufillo a prevaricación.
Don Juan Carlos I, como Rey de España y Jefe del Estado, tiene todo mi apoyo y confío que esto sirva para que de ahora en adelante vigile un poco más a sus vástagos.
Un abrazo.
Lico2021