martes, 31 de octubre de 2017

MEJILLONES EN BRUSELAS


Si no fuera por el mal grandísimo que Puigdemont y su Gobierno, destituido en bloque por el Ejecutivo central el pasado viernes, han hecho, les sería de aplicación lo de “ Al enemigo que huye, puente de plata “; pero no es aplicable tal recomendación en este caso. Deben responder ante la Justicia, además de los otros implicados activamente en el proceso secesionista con ilegalidades varias.

Viene lo anterior a propósito del desplazamiento, que más bien parece una huida, de Puigdemont y cinco de sus ex consejeros a Bruselas, especulándose que pretenden asesorarse sobre las posibilidades de que Bélgica les acoja como asilados. Cualesquiera que sean los motivos de la “ espantá “ rocambolesca, más o menos duradera, la hubieran podido hacer a las claras y con normalidad, puesto que no les ha sido aún prohibida la salida del territorio nacional.

Aparte de que los secesionistas persisten en intentar internacionalizar el conflicto, la marcha del sexteto puede obedecer a sus preferencias por comer mejillones en Bruselas y evitar el menú de Soto del Real. En cualquier caso, han creado el desconcierto entre sus conmilitones, y muchos de ellos, a falta de explicaciones, no salen de su asombro y se han quedado pasmados.

Todo puede ser; hasta unos, siguiendo en Cataluña y dando la cara con su delirio secesionista, y otros, viviendo a cuerpo de rey en un fantasmagórico gobierno catalán en el exilio. En puertas del “ Halloween” importado, Puigdemont, del que se dice que es aficionado a los disfraces y a la nigromancia, muestra su peor cara de diablo.

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