Salvo decir que no va a solicitar asilo político en Bélgica, que permanecerá en dicho país mientras no se le garantice un juicio justo y con garantías ( debe referirse a la impunidad que solicitó al Gobierno y la paralización de los procesos judiciales, a cambio de no proclamar la independencia de Cataluña), y que acata las elecciones autonómicas anunciadas por Rajoy para el 21-O, nada nuevo ha aportado en su rueda de prensa efectuada hoy en Bruselas.
Este hombre va a piñón fijo, repitiendo sus discursos victimistas falaces: Estado opresor y antidemocrático, que ejerce la violencia y la amenaza sobre el pueblo y las Instituciones catalanas, Justicia sometida al poder político y otras mentiras que bullen en su cerebro fanático. Lo que está claro, además de intentar atraer simpatías internacionales desde el corazón de Europa, es que su propósito cobarde es no afrontar las consecuencias penales que pueden acarrearle las ilegalidades graves que ha cometido, y la traición a muchos de los que confiaron en él.
Obvia que la Constitución española reconoce el Estado autonómico dentro de la unidad indisoluble de la Patria, y que las garantías jurídicas de nuestro país, entre ellas las procesal-penales, son más que exquisitas. De momento ha sido citado para que comparezca ante el Juzgado de la Audiencia Nacional, que instruye la causa. Tal vez espere a ver qué pasa con los ex “ consellers “, también llamados a presencia judicial, para decidirse a hacerlo o no, en función de las medidas cautelares que puedan adoptarse contra ellos y respecto a la Presidenta y otros miembros de la mesa del “ Parlament “, que deben acudir a la citación judicial en el Tribunal Supremo.
En fin, un episodio más del vodevil esperpéntico, que trata de alargar el proceso judicial para ganar tiempo, y la ficción de medio “ Govern” en Cataluña, y la otra mitad autoexiliada en Bruselas, cuando han sido destituidos al completo. De ser condenado algún día, pues la Justicia aunque es lenta siempre se pronuncia, alberga la esperanza de que un futuro e hipotético Gobierno central, conformado a modo de frente popular entre nacionalistas y la izquierda radical, conceda el indulto a los secesionistas.
Mientras tanto, si se cursa la orden de detención internacional por no comparecer a las llamadas judiciales, y no se siente a salvo en Bélgica, le queda el recurso de buscar refugio en otros país. ¿ Qué tal, por ejemplo, Venezuela ? Aunque algunos especulan con Rusia o Israel. ¡ Vaya Vd. a saber !
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