martes, 3 de octubre de 2017

UNIDAD O HECATOMBE


Las imágenes televisadas sobre el paripé del “ referéndum” ilegal y fraudulento, celebrado ayer en Cataluña, hablan por sí solas, y no merecen ningún comentario, salvo para reafirmarse una vez más en el proyecto secesionista cantado a voces por el independentismo radical, que se manifiesta en rebeldía contra el orden constitucional, en cuyo derribo tiene como compañeros de viaje a la extrema izquierda populista, antisistemas y a los filo-etarras de la banda terrorista ETA, aún sin disolverse.

La jornada respondió a un diseño bien preparado y ejecutado: apelar al sentimiento y no a la razón; la pasividad de los “ mossos d`esquadra “( policía autonómica de la Generalidad ); impedimentos de todo tipo, incluso la utilización de niños y ancianos como “ escudos humanos “ para imposibilitar la actuación de la Guardia Civil y la Policía Nacional, que fueron objeto de insultos, provocaciones, agresiones y toda clase de actos hostiles contra ellos.

Salvo que se esté a favor de los sediciosos, es de justicia reconocer que ambos Cuerpos del Estado trataron de que el simulacro de la consulta popular no se llevara a cabo, siguiendo lo ordenado por la Autoridad judicial, lo que sólo consiguieron parcialmente por los motivos expuestos, dada la pasividad y dejación de funciones de los “ mossos “, que  seguían las directrices de sus superiores. Al respecto, Policía y Guardia Civil actuaron, además de en defensa legítima y para restablecer el orden público y la legalidad conculcada, con proporcionalidad en el uso de la fuerza cuando no hubo más remedio que emplearla.

Pretendió la Generalidad que la policía de ella dependiente se mostrara amiga y simpática con el pueblo, y que las dos fuerzas del Estado mencionadas fueran presentadas, recibidas y tratadas como el enemigo represor para una parte de los catalanes, y se extendiera la percepción falsa  de la “ brutalidad policial “. Ahora toca explotar esta farsa burda, el victimismo nacionalista, e ir a más:  la muy probable declaración unilateral de independencia, que por las buenas no se va a consentir ni conseguir.

Se acercan tiempos extremadamente peligrosos. Hoy, más que  nunca, deben cerrar filas los partidos constitucionalistas en torno a la unidad de España. O ésta, o la hecatombe.

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