La duda suele acompañar al ser humano. Sólo los dogmáticos y fanáticos se aferran a “ su verdad “ sin hacer concesiones a otros procesos discursivos y reflexivos. De ahí que el pretendido contraste de ideas no resulte a menudo constructivo, resultando muchas veces desalentador y tarea imposible el intentar razonar desapasionadamente con aquéllos.
En tales ocasiones, lo prudente es cambiar de conversación, procurar no sacarlos a colación en el futuro ni “entrar al trapo” del intransigente. Arduo esfuerzo, ya que éste intentará la discusión en la primera oportunidad que tenga.
Hay quienes obsesivamente “ disparan “ contra todo, recreándose en ello en plan victimista y provocador. No admiten matices; son gente de ideas fijas. Cuales quiera que sean sus motivaciones o pulsiones, una mente abierta puede atisbar la complejidad del ser humano y los factores que le condicionan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario