martes, 23 de enero de 2018

ENTRE PRESIDENTE Y PRESIDIARIO…

Estamos curados de espanto. Cualquier cosa, por surrealista y esperpéntica que sea, puede suceder en este país, aunque algunas otras naciones no están a salvo de ello. Pero ciñéndonos a lo que nos toca más de cerca, y concretamente en torno al manido proceso independentistas catalán y su muñidores, se ha sobrepasado toda capacidad de aguante. La escenificación diaria del mismo cansa y aburre. Responde a un guión preestablecido y concertado, en el que se suceden las primeras estrellas y cuyo final incierto va para largo.

Hay cinéfilos que ven las mismas películas en diferentes ocasiones, dependiendo de sus preferencias por alguno o varios de los distintos géneros clásicos o de reciente actualidad. Pero las del secesionismo catalán, además de responder a una antigualla delirante y desviada, tienen un buen número de actores secundarios y otro de seguidores, todos ellos abducidos desde el engaño y la manipulación.

El último y actual actor principal, el ex presidente de la  Generalitat Carles Puigdemont, y único candidato para ser nuevamente investido, es un prófugo de la Justicia que huyó a Bélgica. Recientemente allí dijo: “ Entre presidente o presidario, prefiero ser presidente “. Tal vez sea próximamente un presidente virtual, en su periplo como huido, o un presidario en su país si decide voluntariamente regresar a España. Lo que no parece probable, deseable ni legal es que vuelva a ocupar el Palacio de la Generalitat en Barcelona. Como a “ enemigo que huye, puente de plata”, sería preferible que vagara por el mundo. Si le faltasen los apoyos económicos, podría buscar trabajo como guía en el castillo del Conde Drácula en Rumanía. La leyenda sobre este personaje le vendría de perlas, dada su afición por el esoterismo y el ocultismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario