CARO TIRO AL BLANCO

 

Como mínimo, es de mal gusto el tiro al blanco cuando se dispara a las fotos de miembros del Gobierno, utilizadas como siluetas en una galería de tiro privada. Sobre su posible trascendencia penal se pronunciará la Justicia a la vista de los hechos, de la grabación y difusión del vídeo que constata tal práctica repudiable y de la intencionalidad con la que se hizo todo ello. En principio no parece, al menos no se ha dicho, que los protagonistas sean peligrosos, aunque cabe presumir su animadversión al Gobierno. Ha sido pronta y fácil la identificación de los implicados, sobre los que se ha abierto una investigación judicial y administrativa. Parece ser que el tipo penal por el que podrían ser acusados es el de odio y/o amenazas, al decir de algunos entendidos en Derecho y aficionados al mismo. En cualquier caso, prospere o no la denuncia, estamos ante unos hechos moral y cívicamente reprobables, además de un exhibicionismo pueril y alocado. Las antipatías y discrepancias ideológicas, legítimas de por sí, no justifican esta forma de proceder, trátese contra autoridades o particulares.

 

A tenor de lo anterior, cabe recordar la impunidad, basada en una interpretación muy permisiva de la libertad de expresión, por las quemas de la enseña nacional( “eran trapos con fotografías del Rey” ), el tiro al blanco contra siluetas de policías y guardias civiles, el blanco marcado en la frente de fotografías de personas constitucionalistas, algunas alusiones históricas a la guillotina respecto a la Monarquía, así como otras barbaridades sobradamente conocidas, perpetradas por elementos de la extrema izquierda, filoetarras y secesionistas. Por el contrario, es muy posible que a los del tiro al blanco en la galería de tiro privada les salga cara su imbecilidad al exhibir su puntería selectiva.