A las 24 horas de mañana- sábado, 21 de Junio –
finaliza el Estado de Alarma decretado a causa del coronavirus, y se podrá
circular libremente por España. Son conocidas sobradamente las medidas de
seguridad que hay que adoptar, para evitar que el Covid-19, aún no extinguido,
vuelva a su andadura epidémica. Las nuevas infecciones detectadas en los últimos
días son preocupantes. La población en general ha respondido sensatamente a las
“ desescaladas ” por fases, aunque algunos jóvenes y maduritos se han
comportado, y siguen en ello, irresponsablemente.
Que cambien las actitudes incívicas e
insolidarias, al menos por respeto a los fallecidos y el reconocimiento debido
al personal sanitario y demás profesionales, que abnegada y vocacionalmente, se
expusieron y exponen al contagio y la muerte. Éstos han visto y vivido el sufrir
en soledad de los contagiados, llevando el consuelo y la cercanía humana a los
que no pudieron superar la enfermedad. Han sido emocionantes y estremecedores
los testimonios que han dado al respecto, incluidas las secuelas psicológicas
que arrastran por tanta desolación e impotencia para afrontarla. Hagamos todos
lo que esté a nuestro alcance para que estos héroes no se vean otra vez en el
mismo trance.
La anunciada “ nueva normalidad “ no va a ser un
camino de rosas. Conllevará sacrificios, renuncias, crisis económica-laboral,
endeudamientos, precariedad y desprotecciones diversas, que ya se están
produciendo. Nada será igual como antes. Pasarán años hasta que llegue un nuevo
amanecer. Dichosos quienes lleguen a ver el resurgir de
España.
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