miércoles, 29 de julio de 2020

TORRA VERSUS EL CARDENAL OMELLA

 
 
 
 
 
 
 
 
A Quim Torra, Presidente de la Generalidad catalana, le desagradó que en la homilía pronunciada en la Basílica de la Sagrada Familia por el Cardenal-Arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, con motivo de la Santa Misa celebraba por los difuntos a causa del Covid-19, no hiciera mención a la “ opresión y represión “ ejercida sobre Cataluña y a la “ persecución “ de los secesionistas que, desafiando e infringiendo la Ley, fueron condenados judicialmente por los sucesos del 1-O y días previos. Torra, acostumbrado a desobedecer y cuestionar las normas constitucionales, pretende que los demás obedezcan sus desvaríos independentistas, y no se salgan del guión lloriqueante y victimista que tanto predica. Incluso quiere que todos los púlpitos catalanes sean altavoces de las falacias separatistas, como si no tuviera suficientes curas y monjes “ trabucaires “. Se declara católico, pero de una Iglesia a su medida y nacionalista, cuando el catolicismo implica universalidad.
 
El Cardenal Omella, que también es Presidente de la Conferencia Episcopal Española, recordó  y explicó en su homilía las palabras evangélicas adecuadas a la ceremonia religiosa que se celebraba, y acordes al mensaje de Jesucristo. Pero Torra ya le ha puesto una “ X “, al ordenar en vil venganza que se incoe un expediente sancionador contra el Cardenal, ya que asistieron a la celebración de la Eucarístia más de 10 personas, sobrepasando el número de las permitidas para los servicios religiosos y funerales. Sí, había más, varias decenas, guardando la debida distancia entre ellas y todas con mascarilla, cuando la Basílica tiene capacidad para varios miles. El sentido de la proporcionalidad y oportunidad debería haberle llevado a interesarse previamente por el número de asistentes al funeral, y a comprobar si las medidas de seguridad iban a ser las apropiadas, como lo fueron, para evitar contagios.
 
La represalia de Torra representa un intromisión en la libertad religiosa y de culto, pero este sujeto, que tiene la manga muy ancha para lo que le conviene, ha tenido la desfachatez y la deshonra de buscar un pretexto fútil, creyendo que va a comprar o doblegar a quien no le complace. Torpe, innecesaria y revanchista decisión por la celebración de un funeral digno y ampliamente deseado. La Iglesia católica seguirá la senda marcada por Jesús, abrazando a todos, predicando la paz, la fraternidad, la verdad, la concordia, el amor, rezando por los vivos y honrando a los muertos.
 
En justa correspondencia, se ha incrementado el número de personas que le han puesto también una “ X “ a Torra.

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