lunes, 26 de julio de 2021

ABASCAL: " PERSONA NON GRATA " EN CEUTA

  

 
 
 
 
 
La declaración de “ persona non grata “ a Santiago Abascal por el parlamento ceutí, que fue posible por la abstención del Partido Popular, causó desconcierto en las filas de este partido y en las de Vox, que fue el más votado en Ceuta, poniendo en riesgo el entente entre ambas formaciones, que ha permitido gobernar al PP en algunas Instituciones. El distanciamiento entre los dos partidos se acentuó con la inesperada descalificación personal hacia Abascal, que le hizo Pablo Casado en la moción de censura contra Pedro Sánchez, y desde entonces han ido aumentando los recíprocos reproches, para regocijo de las izquierdas y los nacionalistas.
 
El PP, VOX y sus respectivos votantes y simpatizantes tienen más puntos ideológicos en común que diferencias, como es la unidad de España y otros sentimientos y valores, pero determinadas ambigüedades, incoherencias y vacilaciones del primero, así como ciertas exacerbaciones, puntuales pronunciamientos desafortunados o que dan lugar a equívocos del segundo, dificultan una mayor y deseable aproximación entre ellos que, de producirse, facilitaría más, como apuntan las encuestas, el cambio del Gobierno nefasto que tenemos.
 
Para limar asperezas y desencuentros, tendría que exteriorizarse un acercamiento personal entre Casado y Abascal, como lo fue antes de que éste fuera agraviado por aquél. Sería aconsejable que Casado diera el primer paso en ofrecer la mano. Una señal, aunque se considerase tardía, sería que éste, en persona y públicamente, mostrara su disconformidad con la referida abstención, la rectificara  y rechazara la declaración de “ persona non grata “ a Santiago Abascal, quien no estuvo acertado, oportuno, ni fue ecuánime al tildar de “ quintacolumnistas “ marroquíes a los musulmanes de la clase política y social de Ceuta. En el caso de que Casado lanzara el guante del reencuentro, Abascal debería recogerlo, aunque ello no tendría porqué implicar la total identidad de sus planteamientos políticos. En fin, ellos y sus equipos verán lo que hacen. Que se imponga la cordura, pues España y los supremos intereses patrios son lo que importa. 

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