La rata, como se vio por televisión, entró en el
parlamento andaluz, donde se celebraba un pleno. La presidenta, al verla campar
a sus anchas, exhaló un grito y se llevó un susto morrocotudo, al igual que
muchos parlamentarios- hombres y mujeres –, que huían despavoridos o se subían
encima de sus asientos y sillas. Finalmente salió del salón, asustada por la
algarabía montada y algún que otro escobazo, reanudándose la sesión una vez
recobrada la calma.
Las ratas son repugnantes, tienen cuatro patas y
provocan infecciones. Pero hay también muchas ratas de dos patas en la especie
humana, que dañan y arrasan donde están y por donde pasan, mas no se pueden
eliminar con simples escobazos, ni tampoco dándoles lecciones de ética. Por su
peligrosidad y asquerosidad, de mayor a menor, se pueden clasificar en ratas
grandes, ratones y ratoncillos. Las primeras hacen huir hasta a los gatos, son
hábiles para sortear las ratoneras y muy resistentes a los raticidas, perdurando
de por vida o hasta que, agotada la paciencia ciudadana o aplicándoles la
Justicia, dejan de enseñorearse con descaro, son relegadas al olvido o metidas
en la jaula. Como la casuística es variada y las hay de diverso pelaje, que cada
cual, según sus preferencias, las tenga en mente. No es cuestión de personalizar
aquí y ahora; sobra con observar el entorno, los personajes y sus
hechos.
En el siguiente enlace hay vídeos y canciones de
Paquita La del Barrio, interpretando “ Rata Inmunda”, aunque referida a mujer
despechada con una rata de dos patas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario