La función docente consiste en impartir conocimientos, fomentar la curiosidad intelectual y el espíritu crítico, aconsejar y formar al alumnado, para que esté en condiciones de afrontar los retos que exigen los nuevos tiempos. Es una labor vocacional difícil e insuficientemente reconocida, que precisa el estímulo institucional, la comprensión y el apoyo familiar, además de garantizar la “ auctoritas “ y la competencia de los enseñantes. Cuando estos no tienen el nivel adecuado y exigible, carecen de dotes pedagógicas, se afanan en inculcar sus propias ideas partidistas o ideológicas, y se benefician de un proceso selectivo laxo o arbitrario, repercute todo ello en contra de la calidad de la enseñanza. Afortunadamente, tales fallas no abundan, pero se dan más de lo que se piensa.
Punto de encuentro en el que confluyen opiniones y reflexiones con el afán de aportar un granito de arena al bien de España, de su unidad y lengua universal, la fraternal concordia, recuperar valores ya en el olvido y reivindicar las raíces cristianas de Occidente. Para ello es preciso tomar postura, aspirar a ser un actualizado CRUZADO cuyas armas sean la palabra, la pluma y ejemplar ciudadanía.
miércoles, 7 de julio de 2021
DOCENTES Y DISCENTES
A los discentes hay que inculcarles el hábito del
estudio, el sacrificio y la superación. El porvenir tienen que labrárselo, y ser
conscientes de que la capacidad, los méritos y la excelencia serán su mejor
carta de presentación. El igualitarismo y los
pases de cursos o ciclos con varias asignaturas suspendidas, desmotiva a los que
se esfuerzan por sacar buenas notas y a los propios profesores. A la vida “ hay
que echarle riñones”, y al estudio “ codos “.
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