lunes, 10 de enero de 2022

FATIGAS

  

 
La fatiga pandémica afecta a muchísimas personas, hayan sufrido el contagio o no, influyendo también la incertidumbre sobre cuándo finalizará la horrorosa pesadilla, que tantas desgracias y desventuras de diverso orden ha causado y sigue originando. Hasta hace mella especialmente entre la clase médica y demás personal sanitario que prestan su servicio en los hospitales y ambulatorios, ya que se ven sobresaturados por la extenuante carga de trabajo, el subsiguiente estrés que sufren y las bajas por agotamiento o infección.
 
Hay otra fatiga, la de la excesiva y constante sobreinformación sobre el porcentaje de contagiados, hospitalizados y fallecidos por el maldito bicho y sus variantes, que no ayuda a serenar el espíritu. Las medidas de prevención a adoptar y la conveniencia de la vacunación han sido repetidas hasta la saciedad por los expertos, siendo seguidas por la mayoría de la población. Por otra parte, hay grupos de negacionistas y partidarios de las teorías conspiratorias que, sin poderlo probar, afirman que el origen de la pandemia y los remedios para evitarla o paliar sus efectos obedecen a un proyecto perverso, para experimentar, controlar y hacer sumisa a la gente. Exponen y expanden su opinión con finalidad proselitista, a veces política, sin argumentos verificables, y su pesadez fatiga también. Pero como suceden cosas tan insólitas,¡ váyase a saber ! No obstante, es recomendable y preferible hacer caso a los virólogos, epidemiólogos y a los demás expertos, que saben de lo que hablan, aunque queden incógnitas por aclarar.
 
En fin, aguantemos todo lo que podamos y que en 2022 no se nos fatigue el alma.

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