viernes, 28 de enero de 2022

LA LLAMA DEL AMOR

Es normal que los medios hayan tratado la separación de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, anunciada por ambos, de mutuo acuerdo, como “ interrupción de la convivencia matrimonial “. El último hecho desencadenante de tal decisión, sobradamente conocido, fue la difusión de una fotografía en la que aparecen Urdangarín y una señora, cogidos de la mano, paseando por la playa, lo que desvelaría un idilio amoroso, no desmentido, entre los dos.

 
Las rupturas matrimoniales y de parejas están al orden del día, dándose en todas las escalas sociales. Son un fracaso de la convivencia en común, un desgarro anímico para una o ambas partes, o un alivio para las dos, siendo variadas las motivaciones, causas y las consecuencias al respecto. Con independencia de la relevancia pública, política o de otra clase de los protagonistas de estas decisiones, se producen algunos excesos informativos, así como opiniones y elucubraciones “ a la ligera “ en ciertas tertulias televisivas, que insisten y se regodean con los dramas del corazón. Muchos de los que se pronuncian reiteradamente, con contenidos de recurrente y fácil venta, sobre los problemas conyugales o de parejas, deberían reparar en lo que sucede o ha ocurrido a sí mismos o en su entorno querido.
 
La llama del amor reconforta, afianza el compromiso adquirido, ilusiona y es el calor de la vida. Lo ideal es mantenerla viva, pero se apaga si no se la mantiene encendida, aunque a veces quedan rescoldos de ella en la oscuridad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario