Los Reyes Magos se acercan,
treparán hasta los balcones,
y dejarán los regalos,
si no todos los pedidos,
una parte de los mismos.
Son muchas las peticiones
y entre todos van a repartir.
Nadie trunque la ilusión infantil
diciendo que los Reyes no existen
y que los padres compran los
obsequios.
La inocencia bendita
espera ansiosa la llegada
de Melchor, Gaspar y Baltasar.
Oro, incienso y mirra ofrendaron
al Jesusito nacido en Belén.
Desde Oriente parten cada año,
y en la noche del cinco de Enero
cuando los peques duermen,
se hacen presentes.
Silenciosos dejan los encargos
envueltos en papel de regalo.
Los Reyes dejarán carbón
a quienes rompan
el candor de los niños.
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