LA MASA

La masa, impotente y resignada ante las arbitrariedades y desatenciones, llevadas a cabo por una parte de quienes deberían ser sus servidores, se ha vuelto sumisa y esclava de éstos, de esos gobernantes que hacen y deshacen a su antojo sin preocuparse por el bien común. De poco o nada valen las quejas y reclamaciones contra las situaciones de desamparo e indefensión, ya que los “ todopoderosos “, que así actúan , o son unos incompetentes, inútiles para desempeñar el alto cargo que ocupan, o unos egoístas sin escrúpulos, que sólo se preocupan de sí mismos. El reparto del dinero de todos lo hacen de forma arbitraria, para premiar a quienes les apoyan y sujetar a los “ estómagos agradecidos “ y aduladores.

 

Además, lo que les falta de humildad, pudor y bien hacer, les sobra de prepotencia y de palabrería engañosa, palabras huecas con las que pretenden engatusar a la que llaman “ masa borreguil “. Pero no es fácil engañar durante mucho tiempo, aunque de momento, “ a la fuerza ahorcan “, no queda más remedio que aguantar y patalear. Queda la esperanza de que algún día otros gobernantes lo hagan mejor, porque peor es imposible.