martes, 25 de enero de 2022

TAMBORES DE GUERRA

  

 
 
Cabe esperar que el conflicto entre Rusia y Ucrania y el apoyo de la OTAN a la nación ucraniana, no acaben en un enfrentamiento bélico entre las partes involucradas, y que todo se reduzca a un pulso iniciado por Putin para hacer valer los  “ derechos rusos “ de anexionarse toda Ucrania, y evitar la posibilidad de que ésta se integre en citada Organización. Hay muchos intereses geoestratégicos en juego, incluyendo los económicos y energéticos, que desaconsejan la guerra abierta. Mientras tanto, asistimos también a esa maraña de desinformación e intoxicación, propias de tales acontecimientos, así como a los movimientos de tropas y medios disuasorios, originando incertidumbre sobre el desenlace final, aunque con la esperanza de que triunfe la diplomacia y las armas no escupan su mortífero fuego.
 
En los contactos de alto nivel se barajarán exigencias y cesiones, para que el “ agua no llegue al río “. De todos modos, Putin quedará con la cara más alta, siendo posible que “ saque la mayor tajada “, aunque no quede del todo conforme. Es frio, persistente, sin escrúpulos, sabe bien lo que quiere y los pasos a dar para intentar conseguirlo, ejerce un liderazgo indiscutible, y volverá a las andadas en su sueño de recuperar el imperio de la que fue “ la Madre Rusia “ hasta la desintegración de la URSS.
 
Es una aspiración loable la paz. Pero como cuesta mucho conseguirla y mantenerla, las naciones hacen suyo el dicho “ Si vis pacem para bellum “. Y en eso estamos ahora, en la disuasión bélica por lo de Ucrania y Putin. Que todo quede en un amago y enmudezcan los tambores de guerra.

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