Trapos sucios a mansalva
se malician cada día.
Si no los hay, se inventan.
Para tapar el fango propio,
se saca a relucir el del adversario,
sea inexistente, sistémico o
puntual.
La cuestión es arremeter contra el
oponente,
estigmatizarle con saña, segarle las
opciones
legítimas de gobernar.
Claman por regenerar la democracia
los que la han prostituido, cortado las
alas,
y al chavismo populista nos quieren
llevar.
Voces preclaras lo anunciaron, muchos lo
dudaron,
pero estamos en puertas ya.
¿ Sumisión o reacción ?
No doblemos la cabeza ante el felón.
Ante las purgas, mantengamos alto el
honor.
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