miércoles, 14 de agosto de 2024

EL HALAGO A LA MUJER

 
 
 
El guiño del ojo, invitando a “ ligar “
 
o a aceptar un requerimiento
 
para bailar, cayó en desuso tiempo ha;
 
sustituyéndose por otras expresiones
 
gestuales y orales más directas,
 
que implican un arriesgado,
 
a veces desvergonzado, “ cantar “.
 
Las palabras dulces y corteses,
 
si se interpretan como acosadoras
 
o insinuantes, pueden acarrear
 
un disgusto para quien las dirige,
 
dependiendo del humor, feminidad
 
o cómo amaneció el día para la que las recibe.
 
Si no hay seguridad de que el halago fino
 
es querido, esperado y apreciado,
 
conviene no mirar, hacerse el distraído
 
y que la beldad siga su camino. 
 
Las señoras de muy avanzada edad,
 
nunca desdeñarán el elogio.
 
Si le precede señorita,
 
en vez de señora, al benevolente “ piropo ”,
 
se sentirán rejuvenecer.
 
Díganles siempre “ ¡ qué guapa que es, 

qué bien que la veo ! ”. Sus ojos brillarán. 

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