La salud mental de la sociedad
está de capa caída.
De su dormitar latente,
despierta de repente;
manifestándose en suicidios,
homicidios, agresiones a la gente
y la llamada violencia vicaria.
La sociología, psiquiatría,
psicología y las otras ciencias
del comportamiento humano
tienen un campo amplio para
estudiar.
Hay que prevenir y curar en lo
posible
esta plaga social.
Al margen de la opinión de los
especialistas,
el común piensa que, a diferencia de antaño,
la escala de valores ha cambiado, algunas
culturas diferentes han chocado, y
que la convivencia, la educación y el respeto
han menguado.
Un nuevo modelo de sociedad se ha asentado;
el utilitarismo es lo vendible y
apreciado;
la incertidumbre del presente y sobre el futuro
a mucha juventud ha desesperanzado.
Estas apreciaciones del sentir general,
podrían influir también en la salud mental
de la sociedad y tener su reflejo
en diversas gamas de la agresividad.
Mentes desnortadas y almas
extraviadas
han existido siempre en el cercano pretérito.
Pero no con tanta cantidad y malignidad.
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