Jóvenes insatisfechos, desencantados
y con vacíos en el alma buscan dar
sentido a sus vidas y encontrarlo en
la luz de la espiritualidad.
Loables y reconfortantes
aspiraciones,
dignas de ser estimuladas y
merecedoras
de ser encauzadas, para no caigan
en la negrura de las supersticiones
ni en los esotéricos artificios.
Espiritualidad que, en principio,
puede
o no ajustarse al cristiano
concepto,
pero en la que tales jóvenes- también
idealistas, soñadores, desprendidos y
solidarios- se complacen, sienten ser
ellos mismos y no una pieza más del
alienante engranaje social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario