Por un juzgado de Catarroja
desfilan testigos e investigados,
la juez titular se afana
en hallar culpables de la dana.
Ande, ande, ande, la marimorena,
que la que se avecina es buena.
Periodistas montan guardia
en la puerta de
la sede,
reportan llegadas y salidas,
tratan de averiguar lo que dentro
sucede.
Ande, ande, ande, repican filtraciones,
mezcladas van sospechas y sabidos.
Para el 9 de Enero, Feijóo está
citado,
la juez quiere saber qué le contó
Mazón la noche de la riada.
Ande, ande, ande, con la magistrada,
extiende su celo hasta con el
gallego.
No es de recibo criticarla, es imparcial
y laboriosa, merece que los Reyes Magos
la ofrenden con rosas rojas.
Ande, ande, ande, sigue tirando del
hilo,
que el próximo año se acabe el
ovillo.
Con pretensiones de villancico
estas letras se han escrito;
en puertas de Navidad, Señoría,
recíbalo como cumplido.
Con estas se despide su seguro
servidor. Besa su mano, hola y adiós.
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