Ante tantas escandalosas fechorías
y desafueros, que le rozan de cerca,
debería caer el presidente.
Si tuviera dignidad y decoro
se iría por sí solo, dando lugar
a elecciones, como paso previo
a un nuevo Gobierno.
Pero eso es pedir peras al olmo.
Pedro Sánchez afirma desconocer
los desmanes y desafueros de los tres
que viajaron con él en el Peugeot;
extremo difícil de creer, además de
por los estrechos vínculos con los
mismos y notoriamente sabidos,
por ser dado a la mentira y al engaño
Su enfermizo apego al poder, al que
se
pega como una lapa, no tiene límites.
Reparte prebendas ignominiosas para
conseguir apoyos que le eleven y
sustenten.
Cuanto se diga de él, es poco. Lleva
la
felonía por estandarte. Pero ahí
sigue,
dejando a España para el arrastre.
Políticamente está herido, mas
seguirá
dando guerra hasta que sea
descabalgado.
Cuando ocurra, las campanas
repicarán
a gloria. ¡ Que sea pronto la ida !
No habrá lloros en su despedida.
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