No suelen celebrarse las derrotas, pero como siempre hay excepciones a la norma general, en Cataluña se produce una de ellas. La del 11 de Septiembre de 1714, cuando en el contexto de la Guerra de Sucesión al Trono de España, mantenida por los partidarios del ya proclamado rey Felipe V y los del aspirante Carlos, Archiduque de Austria, fue tomada Barcelona, tras meses de sitio, por las tropas borbónicas comandadas por el duque de Berwick. Felipe V ganó la contienda, afianzándose en el Trono, y Barcelona, como aquellos otros territorios defensores de las pretensiones del Archiduque, la perdió.
Así pues, en La " Diada", Fiesta Nacional de Cataluña que se celebra cada 11 de Septiembre, se conmemora una derrota, se homenajea a Rafael Casanova con una ofrenda floral y se realizan actos de afirmación nacionalista y de reivindicación independentista, cuando resulta que, aparte de la mentada derrota y las manifestaciones nacional-separatistas, Rafael Casanova, a la sazón Conseller en Cap de Barcelona, si bien se comportó heroicamente en la defensa de Barcelona- resultando herido y no muerto, falleciendo años después en la cama a avanzada edad- apeló a luchar y resistir en un bando dirigido a los barceloneses en el que se decía "....Por nosotros y por la nación española peleamos...". O sea: a un ilustre catalán que luchó por la causa austracista y por España, lo presentan sus hagiógrafos catalanistas y el conglomerado nacionalista como un icono secesionista. Y el mensaje ha ido calando, sustentado por la mentira- las peores mentiras son las medias verdades- y la falsificación histórica.
La masiva manifestación, en forma de V- inicial de Victoria-, celebrada ayer en Barcelona, resultó festiva y reivindicativa. Sus organizadores pusieron toda la carne en el asador para minimizar el efecto disuasorio de asistencia, que podía suponer la denunciada corrupción del ex Presidente de la Generalidad Jordi Pujol y de su familia, y que puede salpicar al actual Presidente, Artur Mas, y a otros altos cargos o que lo han sido del gobierno autonómico catalán.
Que se mantenga la tradición si así les place; pero sin engaños, manipulaciones ni falsedades.
Este es el resultado de haber transferido las competencias de educación a las diferentes comunidades autónomas, como lo tenían totalmente planeado y como han conseguido inculcar la mentira y el odio a generaciones que creen de verdad las mentiras históricas, y el España "nos roba". El plan para centrar esto de nuevo a mi entender es una visión a largo plazo donde sin complejos habría que retirarles lo que más les duele "las competencias de educación", y volver a educar con objetividad histórica lo que es España, incluyendo a Cataluña que siempre ha sido y será parte de España. Lamentable lo que ocurre en nuestro país, espero y deseo que el sentido común se imponga y aunque la manifestación independentista ha sido un éxito, solo recordar que en esta parte de España, son ocho millones de catalanes. Ya no vale la mayoría silenciosa. Felicidades por el artículo.
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