miércoles, 3 de septiembre de 2014

DEFECTOS DE FORMA

 

Según la doctrina del " fruto del árbol envenenado", surgida en Norteamérica en 1920, carece de valor jurídico cualquier prueba incriminatoria obtenida con vulneración de lo establecido por la Ley; de tal modo que dicha prueba inicial, nula de origen, contamina las restantes que puedan derivarse de ella y, por tanto, no tienen validez ante el Juez o Tribunal que ha de juzgar.

Tal doctrina fue extendiéndose y, paulatinamente, asentándose en los países donde rige el Estado de Derecho. La verdad no se puede conseguir a cualquier costa; hay que respetar una serie de formalidades regladas que, cuando se incumplen, producen indefensión y la nulidad de las actuaciones por la vulneración de derechos reconocidos legal o constitucionalmente.

Cuando el fondo del asunto, los hechos imputados, son de imposible o difícil defensa, se recurre a buscar y esgrimir los defectos de forma, apreciándolos el juzgador o los veladores de las garantías constitucionales en unos casos, y en otros no. Si sucede lo primero, especialmente en asuntos graves y escandalosos- asesinatos, tráfico de drogas, corrupción,...-, que conmocionan e indignan a la opinión pública, la generalizada incomprensión está servida; no llegándose a entender, por exclusivo sentido común, que el delincuente, sobre el que se ahorra lo de presunto, se salga de rositas. Y si se trata de un poderoso, influyente o adinerado, la sospecha de apaño, aun sin haberlo, flota en el ambiente.

Pero estas son las reglas del juego del Estado de Derecho, cada vez más garante con el justiciable y en el que no siempre llueve a gusto de todos. Lo que sorprende a estas alturas, con la experiencia acumulada y tanta jurisprudencia dictada al respecto, es que quienes tienen la obligación de conocer y observar las formas, en alguna ocasión se las salten- ¿ ignorancia, negligencia, diferencias de criterios interpretativos,...?-, dejando resquicios para la impunidad. Y, claro, la gente, sin beberlo ni comerlo, se envenena.

1 comentario:

  1. No soy partidario de que un delincuente con un delito comprobado se vaya de rositas por defectos de forma.Muchos derechos para los sinvergüenzas y los demás que se aguanten.Acaso habrá que condenar también a quien vulnere la ley para obtener las pruebas,pero quien cometiera un delito tendría que pagarlo.

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