lunes, 29 de febrero de 2016

¡ BASTA YA !

Las ofensas a los sentimientos religiosos- con obsesión respecto a los cristianos-, se prodigan en determinadas instituciones locales y autonómicas gobernadas por las izquierdas sectarias. Ponen al descubierto la aversión al derecho y al respeto de las creencias y manifestaciones más profundas de los creyentes. Afectan al poso de las tradiciones popular-culturales arraigadas en la sociedad. Evidencian el talante antidemocrático y la ruindad moral de quienes las ejecutan. Delatan la cobardía y la vileza por intereses espurios de los que, no compartiéndolas, se callan o, inútilmente, tratan de justificarlas o restarles importancia.

Ejemplos de ello están a la orden del día. Se persigue propagar e inculcar una “ cultura” nihilista y laicista, además de beligerante, que obnubile a las personas, empezando desde la infancia y la juventud. Se pretende instalar la revolución de los “sin Dios”. A tal efecto se desvirtúa la libertad de expresión, sustituyendo la aconsefionalidad del Estado por el acoso a lo católico, y promueven la discordia.

Con su populismo engañoso, muchos de los que así obran han ocupado grandes parcelas de poder. Quieren transformar la sociedad y hacerla a su medida, utilizando el látigo dictatorial. Se recrean y se crecen ante los escandalizados. Y confían en la impunidad que tantas veces se les dispensa.

La buena gente, la verdaderamente respetuosa con las creencias y las manifestaciones populares religiosas, no puede permanecer indiferente ni resignada ante tanto agravio. Tiene que elevar la voz, pasar a la acción pacífica y decir: ¡ Basta Ya !

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