La gente sensata quiere tranquilidad, paz, orden y vivir sin sobresaltos,con perspectivas de estabilidad personal y social; todo ello aderezado con el ejercicio generalizado y responsable de la libertad. Si encima ve satisfechas sus necesidades y asistencias sociales, así como la posibilidad de alcanzar sus aspiraciones legítimas, pues “ miel sobre hojuelas ”. Tal “ desideratum “ es frecuentemente utópico, pues la realidad de los hechos y la condición humana lo hacen inalcanzable en su totalidad.
Ciñéndonos a nuestro país, el periodo estival de Julio-Agosto ha estado calentito, habiendo ocurrido lo propio con el panorama político, siendo sobradamente conocida la casuística de éste. Los fogoneros de la gobernanza, achuchados por la extrema izquierda y los secesionistas, se han aplicado echando leña al fuego o provocando “ incendios ”. Lo último no es novedad, sino la persistencia obsesiva en descalificar nuestra Transición a la democracia y poner sobre las cuerdas el régimen constitucional.
Tema recurrente ha sido, y continua siéndolo, el Valle de los Caídos y el traslado del cuerpo de Franco. Es como el equipaje de mano que se tiene siempre listo para viajar. Con él se ha marchado Pedro Sánchez a su corto periplo suramericano.
El otoño, que seguirá al verano, será muy “ movido “. Con la entrada de Septiembre se intensificarán los preparativos y el calentamiento de los motores. Hasta Navidad y meses siguientes puede ocurrir cualquier cosa, por supuesto desaguisados nacionales también. Todo depende de que cierta clase política rectifique o no sus errores, ambiciones y desvaríos. Conociendo el “ percal “ con el que se arropan, nada indica que ello vaya a suceder.
En fin, parece que de momento no queda más que aguantar, aunque “ no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante ” . El tiempo dirá.