CRÍMENES E INIQUIDADES

“ ¡ Oh Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre ! “, frase atribuida a Madame Roland cuando era conducida a la guillotina para ser ejecutada, en Noviembre de 1793, por haber denunciado reiteradamente el terror de los jacobinos en la revolución francesa. Ella y su esposo formaban parte de los girondinos, la facción moderada de los revolucionarios.

Parafraseando se puede exclamar: “ ¡ O Democracia, cuántas iniquidades se cometen en tu nombre ! No por la democracia en sí-  “ el menos malo de los sistemas políticos ” según Churchill-, sino por la adulteración que se le ha dado través de los tiempos, prostituyendo el significado que le dio Abraham Lincoln: “ el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, ejercido lógicamente a través a de los representantes libremente elegidos.

Bajo el amparo del término “ democracia “, con independencia del calificativo que se le asigne, se cometen en el mundo muchas y graves arbitrariedades, incluso crímenes horrendos contra la Humanidad. Siempre ha pasado y sigue ocurriendo, pese a los avances de la civilización y la modernidad. Para la pacífica convivencia social, la solidaridad, el ejercicio responsable de la libertad y el imperio de la Ley y la Justicia, se precisa de gente de buena voluntad, así como de líderes en los diversos ámbitos, ejemplares y competentes, comprometidos con el bien común.

¡ Cuántas son las flaquezas humanas ! El cortoplacismo egoísta nubla la realidad del efímero transcurrir y que sólo somos aves de paso, malográndose por ello la bella aspiración a la Libertad y a la Democracia auténticas, al desdeñarse la trascendencia del ser humano.