miércoles, 5 de septiembre de 2018

LA BESTIA SECESIONISTA

El independentismo catalán es el gran enemigo de España y de su unidad. Ante él no caben medias tintas ni gestos de voluntarismo conciliador. Se ha retratado reiteradamente desafiando al Estado y con el incumplimiento de la legalidad constitucional, que no hubiera llegado al extremo actual sin las políticas de chalaneo y la mercadería para apaciguar a la bestia, practicadas por sucesivos gobiernos, así como por la alfombra mullida que le tendieron y tienden la mayoría de los medios, que más o menos voluntariamente se prestan a darle y amplificar su voz.

Ante tal monstruo sólo caben la resignación o hacerle frente para descabezarle y cortar sus tentáculos opresores. Para lo último se precisa voluntad de hacerlo, liderazgo aglutinador y determinación resolutiva; todo lo que no sea esto son paños calientes, dilatar y agravar el pulso activo sedicioso y dejar inermes las defensas del Estado. Lo que no es solución es aceptar el mal como algo irresoluble, lo que nos llevaría al suicidio colectivo como Nación.

La bestia ha dado sobradas muestras de querer despedazar a España. Corresponde a los partidos constitucionalistas aceptar la realidad y defender la integridad nacional, la libertad y la prevalencia de la Ley y la Justicia, uniéndose en ese prioritario propósito común que debe encabezar el Gobierno. 

Que lo tenga en cuenta el Presidente de la Nación, Sr. Sánchez. Por encima de él y de su desconcertante política está el bien supremo del país. Ejerza cual corresponde a su alta función; no pierda el tiempo ni nos distraiga con hueca charlatanería. Hay mercancías que no se pueden vender ni comprar.

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