Durante el transcurso de la vida se cometen errores personales ( “ errare humanum est “ ) que, injustamente, perjudican a individuos concretos o a una colectividad. El no diferenciar el bien del mal obrar, cualquiera sea la causa ( egoísmo, moral,etc.), sea episódica o habitual, está detrás de tales errores en los comportamientos. Peor es cuando cuando se hace a conciencia, pasando del error a la maldad.
No obstante, nunca es tarde para reflexionar sobre lo que ya pasó, haciendo examen de conciencia, lo que llevará a pedir perdón y reparar, en la medida de lo posible, el mal causado. La existencia terrenal es breve; en cualquier momento puede llegar su final. Cuando éste llame a la puerta, tengamos la conciencia en paz. En el más allá existe la piedad divina y no se dan las miserias humanas. El alma, elevada a la trascendencia, queda liberada para siempre de las ataduras y malquerencias de este mundo. Sólo se gana y nada se pierde si allanamos el camino esperando la llamada definitiva. La muerte no es el final.
Punto de encuentro en el que confluyen opiniones y reflexiones con el afán de aportar un granito de arena al bien de España, de su unidad y lengua universal, la fraternal concordia, recuperar valores ya en el olvido y reivindicar las raíces cristianas de Occidente. Para ello es preciso tomar postura, aspirar a ser un actualizado CRUZADO cuyas armas sean la palabra, la pluma y ejemplar ciudadanía.
viernes, 3 de mayo de 2019
EXAMEN DE CONCIENCIA
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