La ola de calor se ha llevado la palma en Valencia capital y pueblos de su provincia, donde se han registrado hoy temperaturas máximas entre los 41 y los 47 grados. Se han dado consejos para aliviar estos rigores sofocantes y no exponerse a sufrir golpes de calor, indicándose también cuales son las personas más vulnerables. Otra cosa es que algunos no observen imprudentemente las precauciones indicadas, o que los servicios públicos imprescindibles ( seguridad, hospitalarios, bomberos,etc.) continúen prestándose y que en sus edificios u oficinas funcione el aire acondicionado.
Dicho lo anterior, hay, por ejemplo, asalariados de la construcción, que trabajan su jornada habitual al aire libre en horas diurnas, expuestos a los riesgos extremos del sol y la calor. La normativa sobre prevención de riesgos laborales debería contemplar, si es que no las recoge, estas situaciones excepcionales y velar para su cumplimiento, sin que quede a la voluntad del encargado o el empleador. En aras a la brevedad se ha hecho referencia al sector de la construcción, aunque hay otros a los que se podría hacer extensivo el ejemplo citado. Trabajar es un bien preciado, pero hacerlo con seguridad y en condiciones dignas no lo es menos.
Cuando se escribe en casa con el aire acondicionado en marcha, vuela el pensamiento hacia los que trabajan, en un día como hoy, bajo los ardientes rayos del sol.
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