Es antigua la
función del mediador u “ hombre bueno “, que resolvía en los pueblos las
disputas y problemas entre los vecinos por algo que les enfrentaban o disentían,
llegando a conseguir con su buen juicio un acuerdo justo, aceptado por las
partes que antes discrepaban y mantenían planteamientos opuestos. Con la
intervención del “ hombre bueno “ se resolvía el conflicto en cuestión.
Ante el
problema suscitado entre la líder carismática y presidenta de la Comunidad de
Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la dirección nacional del Partido Popular, a cuya
formación política pertenece aquélla, sobre las elecciones a la presidencia del
PP madrileño, se ha originado una polémica, que deja perplejos a los militantes
de base y votantes del mencionado
partido.
Cuestión
aparte es el pensamiento ideológico-liberal de Cayetana Álvarez de Toledo,
cultísima y otrora portavoz parlamentaria del grupo popular en el Congreso, de brillante y directo verbo con el que fustigaba a la oposición, admirada por
muchos y denostada por otros, pero que a nadie dejaba ni deja indiferente,
llegando últimamente a arremeter contra los dirigentes de su partido por creer
percibir en ellos una incongruencia respecto a sus originales principios
políticos. Es lo que se llama “ un verso suelto “, que va por libre y difícil de
sujetar.
Muchas veces
se olvida que “ la política es el arte de lo posible “, en la que no todo es
como parece, y que tampoco conviene mantener posiciones numantinas cuando, sin
renunciar a lo esencial, procede cierta flexibilidad en orden al bien del
partido y al común.
Se echan de
menos los “ hombres buenos “ de antaño para que mediasen en los conflictos
políticos internos, que los hay en todos los partidos, y se llegase a acuerdos
justos y razonables. Pero aquéllos, si los hay aún, se dedican a solventar las
querellas menores de los vecinos de los pueblos pequeños y los de la España
vaciada, y serían considerados intrusos por los prebostes políticos.
Con todo, no hay problema que no pueda solucionarse. Es cuestión de aplicarse a ello con
voluntad y determinación.
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