lunes, 8 de noviembre de 2021

POLICÍAS: " MANOS ATADAS "

  

 
 
La agresividad y la violencia- en sus diversas formas delincuenciales- crecen a un ritmo preocupante, al propio tiempo que las actuaciones policiales no gozan del debido respaldo oficial, sintiéndose los miembros de los distintos Cuerpos de Seguridad con “ las manos atadas “ en muchas de sus actuaciones. No facilitan desatarlas, sino que las anudan más, algunas de las autoridades de las que dependen, y que desde el pasado vienen destacando por su animadversión al “ uniforme “. A ellas hay que sumar la tropa política de diverso pelaje que mantiene la misma fijación con lo que llaman “ fuerzas de represión “.
 
Cualquier acto del ejercicio legítimo de la fuerza, en defensa propia, ajena o para restablecer el orden público conculcado, se cuestiona y tilda con demasiada frecuencia de brutal, desproporcionado, innecesario o inoportuno, cuando los excesos son mínimos y puntuales, además de sancionados, en comparación a la tónica general de las respuestas adecuadas y correctas a cada caso concreto. Si de algo se peca en muchas ocasiones es de blandenguería o reacción poco contundente por parte de los agentes de la Autoridad, ante comportamientos delictivos e incívicos graves, por prevención de lo que les podría acarrear si actuasen como demanda la situación.
 
La sociedad necesita protección y seguridad para ejercer sus derechos y libertades, pero debe también estimar el trabajo de los que los garantizan y protegen, así como el reconocimiento de los que lo llevan a cabo. Tal estima y reconocimiento es otorgado por la gente de bien, siendo recibidos por los agentes de la Autoridad como preciada recompensa por el deber cumplido. 
 

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