martes, 17 de mayo de 2022

LOS DOLORES

 Hay dolores por diversas causas, de diferente intensidad y duración. Algunos se exteriorizan por signos externos, otros se sienten en el interior, y en muchas ocasiones confluyen ambos.

 
Las alegrías se olvidan pronto. Pero los recuerdos de los zarpazos dolientes en la vida dejan huella permanente, que sólo con el paso del tiempo podrán ser atenuados y superados. ¿ Cómo medir el peso de ellos y hacia qué lado de la balanza se inclinan? ¿ Cuál es el grado de fortaleza para resistirlos ?.
 
Los peores y más duros responden a la pérdida imprevista de la persona muy querida con la que se convive, ante la cual no hay respuesta al ¿ por qué ?. El creyente puede encontrar cierto consuelo en la Fe y la Esperanza, pensando que no se ha ido, que simplemente voló para seguir viviendo en la eternidad celestial. Pese a ello, se necesita que tales dones divinos y gratuitos estén muy arraigados y vividos. ¿ Cómo se pueden imbuir a quien no goza de ellos y, por lo tanto, no los siente ?
 
Con certezas, dudas o incredulidades, no queda más remedio que aceptar la fugacidad de la vida terrenal. Lo que vendrá después seguirá siendo un incógnita, que no se puede demostrar o negar mediante la sola razón. Ante la muerte prematura, prevista o no, siempre queda la huella reconfortante del ser querido o amado que se fue.

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