El Gobierno social-comunista,
presidido por Pedro Sánchez,
le da al fuelle sin parar,
avivando el fuego,
iniciado por él,
que a España va devorar.
A quienes podrían apagarlo,
los bomberos del centro y la
derecha,
los desprestigia e insulta,
tildándoles de retrógrados, ineptos
y un peligro para la democracia.
Alardea de la recuperación
económica,
que no se nota ni arranca,
y de la bondad de sus presupuestos
expansivos,
puesto todo ello en tela de juicio
por los Organismos más solventes,
cuyos pronósticos son sombríos.
Como si el erario público fuera
suyo,
lo derrocha a su antojo,
comprando apoyos sediciosos y votos.
Encubre el paro real con el trabajo
precario
y la engañifa del fijo discontinuo,
haciendo pasar por útil al
improductivo.
Presume de constitucionalista,
interpreta la Carta Magna a su
conveniencia,
permite vetos al castellano en
Cataluña.
¿ Para qué poner más ejemplos,
cuando tantos dislates y aberraciones
legales
se constatan a diario ?
Hay que ser amoral, nada patriota
y tener la cara muy dura,
quien pervirtiendo la democracia,
la ha convertido en “ democratura “.
Que así calificó recientemente esta
transmutación
el otrora poderoso socialista Alfonso
Guerra,
es ya la repera por la verdad que entraña.