Ordene, Presidente, cuanto le
plazca.
No rechistaré.
Tenéis, aún en
funciones,
la vara de mando en plaza.
Hidalguía y veracidad
os acompañan cada día.
En lo alto blandís la Tizona,
con mejor derecho que el Cid.
Os adulo por salvar el cuello
del filo de la espada.
Tanta lisonja es una ficción,
que no se cree su mejor fan y afín.
Así que no
contéis con la mano mía,
ni el doblar la rodilla.
Sois incapaz de rectificar,
de supeditar vuestros intereses
personales
al bien común y de la Nación.
“ ¡ Dios, qué buen vasallo sería,
si tuviese buen señor ! “.
Célebre verso del Cantar de Mío Cid.
No sois Rey. Solo un nefasto presidente del
Gobierno,
a la espera de la oportunidad para volver a
gobernar.
No esperéis el vasallaje, que creéis
merecido.
Al veros, os doy la espalda y me
retiro.
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