lunes, 18 de septiembre de 2023

PESCADOR DE HOMBRES

  

 
 
 
 
 
 
 
Meditamos poco sobre el hecho del ser:
 
porqué, para qué vivimos y cómo actuamos
 
con nosotros mismos y los demás.
 
En un espacio propicio, deberíamos cerrar los ojos,
 
sumirnos en nuestro interior,
 
estar prestos a la voz de Dios,
 
que habla al corazón.
 
¿ Qué quieres de mí, Señor ?
 
Es una pregunta necesaria.
 
Dicha con humildad, conscientes de nuestra poquedad,
 
flaquezas, y dejándonos arrobar por Él,
 
nos llegará la respuesta.
 
Reincidiremos en las caídas.
 
Pediremos su perdón.
 
El desasosiego aconsejará arrepentirnos
 
y volver a la meditación.
 
Nos emocionamos al oír la melodía
 
Pescador de Hombres :
 
 
“ Tu has venido a la orilla.
 
No has buscado ni a sabios ni a ricos.
 
Tan solo quieres que yo te siga.
 
Señor, me has mirado a los ojos.
 
Sonriendo has dicho mi nombre...”
 
 
Sentiremos el sofoco interior.
 
Las manos en los ojos se humedecerán
 
con las lágrimas, difíciles de contener.

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