Seáis de aquí o de fuera venidos,
en plena Dana saqueáis
lo que a mano encontráis
en establecimientos distintos.
Cuando tanta gente lo pasa
peor que mal y los muertos
aumentan con el paso de los días,
más grande es vuestra voracidad
canalla
en productos que no necesitáis
ni os son de urgente y primera
necesidad.
Sois, además de ladrones sin
escrúpulos,
unos malnacidos, que os aprovecháis
de las desgracias ajenas y el dolor de la gente,
para dar rienda
suelta, sea de noche o de día,
a vuestros facinerosos ” menesteres
“.
Esas actitudes miserables anidan en algunos
hombres y mujeres, que merecen
cárcel
y, por añadido, expulsión si no son españoles.