Larga es la espera.
Los trenes se retrasan.
Los andenes a tope.
Pasajeros expectantes,
no ven llegar por la vía
el de larga distancia
ni el de cercanías.
Ante la demora del tren,
sin saber el motivo,
la gente se pregunta:
¿ Será por algún accidente,
alguna avería o por
rapacerías en la férrea línea ?
Llamadas y mensajes,
para preguntar y explicar
la tardanza en el puesto de trabajo,
en una cita concertada, diversas
ocupaciones y gestiones
previstas a realizar en otras
ciudades o en la capital.
Los casos puntuales, que se den,
enfadan al personal cuando
se repiten de forma habitual.
“ Papá, ven en tren “ fue un
anuncio publicitario de 1973.
Ya no se escucha; pero, pese
a lo expuesto, podría ser de
actualidad.
Viajar en él, salvo percances y
retrasos,
tiene sus ventajas y es una
comodidad;
aunque hay trazados demandados,
que conviene darles un empujón y terminar.
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